¡Ni una más!
Ya en 1979 se había adoptado la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW); y, en 1994, en la región, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, mejor conocida como Convención de Belem do Pará.
Esta última considera que “la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”; y que su eliminación es “condición indispensable para el desarrollo individual y social de la mujer y su plena e igualitaria participación en todas las esferas de vida”. Fue ratificada por Panamá a través de la Ley No 12 de 1995. Fue una enorme contribución de América Latina al mundo, visibilizar la violencia que comúnmente se daba en el ámbito privado contra las mujeres -muchas veces a mano de sus parejas- y sancionarla penalmente.
En nuestro país se desarrolla esta Convención a través de las Leyes 27 de 1995 (violencia intrafamiliar), 38 de 2001 (violencia doméstica), 82 de 2013 (prevención y femicidio), 7 de 2018 (actos discriminatorios), 321 de 2022 (que adopta Convenio 190 de la OIT sobre violencia y acoso laboral). Y el pasado 9 de octubre se aprueba en la cámara legislativa el Proyecto de Ley No 61, sobre violencia sexual digital, en espera de la sanción presidencial.
En Panamá, el delito de mayor incidencia es la violencia doméstica, siendo que en este año 2024 se han contabilizado 13,225 denuncias de este tipo de infracción ante el Ministerio Público, así como ha habido 17 femicidios y 23 muertes violentas de mujeres (hasta el 31 de octubre); mientras que hasta el 15 de noviembre se produjeron 5,185 denuncias por violación y otros delitos sexuales. Urgen las campañas de prevención, así como la implementación de los brazaletes electrónicos y la eficacia de la justicia en esta materia.
Asimismo, la aprobación definitiva de una ley contra la violencia sexual digital, alineada con los avances experimentados en otros países como México, Ecuador, Bolivia y Argentina, pues este tipo de violencia se está incrementando y se incrementará significativamente en los próximos años.
¡Ni una más!
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