LA HUELGA ES UN DERECHO

La huelga es un derecho



El Siglo, martes 29 de mayo de 2018 

No dejaremos de ponderar la importancia del derecho colectivo en nuestra legislación laboral

A raíz de la reciente huelga de los trabajadores de la construcción, por el transcurso de un mes, no resulta una perogrullada afirmar que la huelga es un derecho, aunque esté garantizada en la legislación panameña desde hace más de 70 años. Resulta que la estigmatización en la opinión pública de la huelga como sinónimo de caos, anarquía, violencia, etc. forma parte los mecanismos de presión utilizados a su favor por los sectores empresariales en la mesa de negociación de la convención colectiva. Y en este caso en particular, se acudió a culpar al sector trabajador de esta industria (por aspirar a aumentos salariales) del encarecimiento de la vivienda y hasta del alto costo de la vida en Panamá.
No dejaremos de ponderar la importancia del derecho colectivo en nuestra legislación laboral, que se aplica en sólo una ínfima minoría de empresas de todo el país, que son las que cuentan con sindicatos, los cuales negocian periódicamente mejoras en sus condiciones de trabajo, incluyendo aumentos salariales, con sus patronos, a través de las convenciones colectivas.
Sólo en los últimos 4 años se han negociado tan sólo 150 convenciones colectivas, según informó el Ministro de Trabajo en reciente entrevista televisiva. O sea que a pesar de existir estos derechos de sindicación, convención colectiva y huelga en el Código de Trabajo, que permitirían condiciones de vida dignas para los trabajadores panameños en general, en la práctica no hay acceso a ellos para la gran mayoría, por una serie de razones, pero en gran medida por esta estigmatización.
En lo que respecta a la relación CAPAC-SUNTRACS, han sido 44 años de negociar exitosamente sus condiciones de trabajo a través de 10 convenciones colectivas. Y cuando el diálogo no surte efecto existe el recurso supremo de la huelga por parte de los trabajadores, sujeto a una serie de requisitos, los cuales fueron cumplidos a cabalidad por el sindicato, respaldado por el 98% de los trabajadores. La huelga implicó sacrificios ingentes de ambas partes: de ganancias y de salarios.
Sin embargo, los acuerdos alcanzados producto del diálogo y del ejercicio de los derechos constitucionales y laborales permiten seguir vigorizando al sector construcción, por un lado, y, por el otro, reivindicar a quienes con su labor altamente riesgosa a su salud y su vida nos permiten disfrutar todos los días del techo que nos alberga. 
Anayansi Turner
Abogada y docente universitaria

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Acoso sexual en la UP

Elecciones: entre el clientelismo y la libre postulación

La abogacía y el examen profesional