ABEJICIDIO

Abejicidio


El Siglo, martes 11 de febrero de 2020 
El ‘abejicidio' es un término que ya ha sido acuñado por los científicos, para referirse al exterminio masivo de las abejas, que es un fenómeno qu...
El ‘abejicidio' es un término que ya ha sido acuñado por los científicos, para referirse al exterminio masivo de las abejas, que es un fenómeno que se ha venido extendiendo en todo el mundo a partir del actual milenio.
Y casi casi pudiéramos afirmar que es un crimen de lesa humanidad, como lo es el genocidio, si tomamos en cuenta que las abejas son las responsables de la polinización de casi las 2/3 partes de los productos agrícolas que consumimos, lo cual llevó a Einstein a afirmar que la desaparición de las mismas provocaría la consecuente desaparición del ser humano sobre la faz de la tierra.
Su extinción se ha venido atribuyendo a diversos factores: el calentamiento global, a las ondas electromagnéticas de las antenas de telefonía celular, a depredadores, enfermedades, pero, sobre todo al uso indiscriminado de pesticidas. Y según estudios realizados en Europa en el 2012, el grupo de los neonicotinoides (sustancias derivadas de la nicotina), asociados a los cultivos transgénicos, ha sido el responsable, por lo cual su uso se ha prohibido en Europa. Ni hablar del glifosato (herbicida más utilizado en el mundo), que ha ocasionado 2 fallos de los tribunales norteamericanos en contra de Monsanto-Bayer, por ser una sustancia altamente cancerígena.
Ninguno de estos productos ha sido prohibido en nuestro país, que es considerado como uno de los países de más alto consumo per cápita de plaguicidas del mundo, según OMS-Centroamérica (2kg/persona). O bien, no se cumplen ni supervisan los protocolos de fumigación.
De esta manera, se presume que el abejicidio producido en David, Chiriquí, en días pasados, fue producido por la fumigación áerea de estos plaguicidas. Sólo en la Finca de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Panamá, se calcula murieron 6 millones de abejas (se vieron afectadas entre 100 a 110 colmenas en 4 estaciones, a 60,000 abejas por colmena); y ni hablar de otras fincas apicultoras de la provincia, cuyas pérdidas fueron cuantiosas. El abejicidio se tradujo en un ECOCIDIO, de proporciones mayúsculas, por sus efectos en la flora y fauna y en la cadena alimentaria en nuestro país.
Esta acción criminal amerita una investigación exhaustiva, tanto del Ministerio Público como del Ministerio de Ambiente, a fin de castigar a los responsables; así como también prohibir tajantemente el uso de estos plaguicidas mortales a través de leyes de la República.
ANAYANSI TURNER
ABOGADA Y DOCENTE UNIVERSITARIA

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