SOMOS EL GRITO DE LAS QUE YA NO ESTÁN


Somos el grito de las que ya no están




El Siglo, martes 17 de marzo de 2020 
3,800 mujeres son asesinadas en América Latina por año. 
3,800 mujeres son asesinadas en América Latina por año. En México lo son 10 mujeres por día. En Panamá, las estadísticas dan cuenta que hubo 21 feminicidios durante el 2019. En los últimos 6 años ha habido 132 feminicidios en nuestro país. En lo que va del año ha habido 11 casos, o sea, que se espera que las cifras se incrementen exponencialmente durante el 2020.
La situación es de honda preocupación, puesto que los feminicidios son considerados crímenes de odio, asesinatos perpetrados por varones (muchas veces su pareja sentimental) en función de una relación de poder vinculada al género, es decir, con base en la creencia de una supuesta subordinación de la mujer al hombre (misoginia).
Y los mismos son resultado, en la mayoría de los casos, de toda una vida de violencia de diverso tipo soportada por la mujer. De esta manera destacamos 14,299 casos de violencia doméstica denunciados en el país, durante el año 2019, es decir, un 9% más de casos que el año anterior.
Aunque en el 2013 fue aprobada la Ley No 82, que adopta medidas de prevención en la violencia contra las mujeres y que introduce el delito de femicidio en el Código Penal, comprobamos que hay aspectos de la misma que no se están cumpliendo, como la creación de centros de atención integral en cada provincia, el Registro de Agresores condenados, el uso del brazalete electrónico, el aseguramiento del derecho a la información de las víctimas. En general, no se cuenta con los recursos y mecanismos para garantizar su aplicación.
Es por ello, que este tipo de crímenes fue preocupación central en la pasada conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en todo el mundo, no siendo Panamá la excepción. En la Marcha convocada por diversos colectivos de mujeres, bajo el lema: ‘Juntas por una Constituyente Feminista y el Derecho a vivir en Paz', se gritaron consignas y se representaron sociodramas alusivos a la temática.
Recuerdo uno de los letreros que p ortaba una ex alumna de Derecho: ‘¿A cuántas mujeres tienen que violar, discriminar, acosar y matar para que nos dejen de llamar exageradas?'. Y a pesar de lo dramático del problema, el cual nos sigue convocando a mujeres de todas las edades, nos satisfizo corroborar que hay sororidad intergeneracional por esta causa.
ANAYANSI TURNER
ABOGADA Y DOCENTE UNIVERSITARIA

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