Importancia del debate en las campañas electorales

Importancia del debate en las campañas electorales

El Siglo, martes 5 de marzo de 2024 
Anayansi Turner, abogada y catedrática en la UP

El desarrollo del pensamiento crítico debe promoverse en los debates electorales

El lunes 26 de febrero se llevó a cabo en el Domo de la Universidad de Panamá, el primer “debate” presidencial de cara a las elecciones próximas. Siete candidatos tuvieron que referirse a 5 temas (Caja de Seguro Social, educación de calidad, desempleo, inseguridad ciudadana y desarrollo sostenible), en un tiempo máximo de un minuto para cada tema; con oportunidad de cada aspirante presidencial para preguntar y repreguntar a otro candidato de su elección en un tiempo limitado de 1 minuto entre pregunta y respuesta de ambos, en 4 ejes temáticos; y contestar preguntas de 2 estudiantes de la Universidad de Panamá (UP) sólo en el tema educativo, en igual tiempo. Prácticamente con nula participación o cuestionamiento por parte del público televidente o asistente. Era el primer “debate” televisivo de los tres contemplados en el Código Electoral, preparado por la UP y TVN Media.

Los debates son necesarios en todo proceso eleccionario. Es la oportunidad del postulante en divulgar pública y personalmente su plan de trabajo; y del elector, de evaluar las propuestas y compararlas para así contar con mayores elementos para su decisión a la hora de sufragar.

Sin embargo, es lamentable el formato adoptado por los organizadores, pues obedece a una vulgar estrategia de marketing, donde los candidatos se conciben como meras marcas o productos que se venden en un mercado (electoral), adaptable a la duración de un mensaje en Instagram, Tik-Tok o Twitter. Evidentemente que es imposible abarcar 5 temas espinosos, que requieren un desarrollo explicativo para fundamentar las propuestas, en 1 minuto ó 60 segundos.

Hay que prevenirse contra las campañas de marketing político basadas en la manipulación de los electores, apelando al sensacionalismo y noticias falsas -prácticas que se acentúan en las redes con la inteligencia artificial- más que a la racionalidad, análisis objetivo y conocimiento de los temas. Y no se trata de satanizar a las redes, sino ubicar cómo su uso inadecuado puede llevar a banalizar las campañas, vaciarlas de contenido, afectar el debate de ideas y hacer imperar la mentira sobre la verdad, en fin, afectar la credibilidad de la ciudadanía en las instituciones políticas y la democracia como aspiración popular.  Nada más recordar el coso de Cambridge Analytica que permitió el triunfo de Trump en el 2016.

El desarrollo del pensamiento crítico debe promoverse no sólo en el aula de clase, sino a través de los medios de comunicación y en las redes sociales, con responsabilidad ética de los maestros, comunicadores, internautas y candidatos, sin sustituir los libros ni los debates de altura con profundización de los temas.

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