¿La Educación es la Estrella?

 

¿La educación es la estrella?



El Siglo, martes 29 de septiembre de 2020 

La misma debió llevarse a cabo a través de las diversas ofertas del MEDUCA, ya sea los fascículos de lectura 

El confinamiento obligatorio condujo al cierre de las escuelas, a partir del 11 de marzo de 2020, y luego de presiones de los gremios magisteriales por el fallecimiento del Director del Colegio Monseñor Beckman, la primera víctima del coronavirus en Panamá.

Desde el pasado 20 de julio se reiniciaron las clases en el sector público y privado, a través de la modalidad “a distancia”, la cual ha debido garantizar el derecho a la educación a más de 800,000 alumnos en todo el país. 

La misma debió llevarse a cabo a través de las diversas ofertas del MEDUCA, ya sea los fascículos de lectura y escritura para el primer grado;  los cuadernos de trabajo relativos a las 4 asignaturas fundamentales para la primaria; y por medio de las guías de aprendizaje, para premedia y media, complementados con clases en radio y televisión y contenidos digitales a través de la plataforma Ester. 

Sin embargo, más de 300,000, es decir, el 37% del total de los estudiantes inscritos para cursar el año escolar 2020, no han dado visos de conectarse por ninguna de estas vías, colocándose fuera del sistema educativo en razón de la pandemia.   La plataforma Ester, diseñada para asistir a 14,000 estudiantes del 12º grado del Bachillerato en Ciencias, apenas ha alcanzado a cubrir a menos de la mitad de los mismos.  El 84% de los alumnos conectados usan Whatsapp para comunicarse con sus docentes, sujetos a la compra de las tarjetas de teléfono correspondientes por parte de sus padres; y la falta de data impide muchas veces abrir archivos de Word, bajar imágenes o ver videos.

Uno de los principales obstáculos ha sido la baja accesibilidad al internet, ya sea porque su costo golpea los bolsillos ya vacíos de los panameños o por su falta de cobertura al 30% del territorio nacional, lo cual  impacta a 700,000 panameños, según datos de la AIG. 

Ni hablar de las dificultades del personal docente, que debe disponer de su pecunio para cubrir data, internet, computadora, dispositivos móviles, cuando la Ley de Teletrabajo y su respectiva reglamentación disponen que sea el empleador el que cubra estos gastos.

Para agravar la situación, se dan recortes presupuestarios a los diversos niveles educativos, mientras se aprueban subsidios a colegios particulares. 

En pandemia, la educación dejó de ser pública y gratuita, a pesar del texto constitucional.

ANAYANSI TURNER
Abogada y docente universitaria


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Acoso sexual en la UP

Elecciones: entre el clientelismo y la libre postulación

La abogacía y el examen profesional