Amenaza de IOTA

 

La amenaza de Iota





El Siglo, martes 17 de noviembre de 2020 


Luego de la tragedia que significó el paso de ETA por Panamá y la incapacidad estatal para atender la crisis ambiental

En menos de 15 días nos encontramos con la inminencia del huracán IOTA, lo que llevó al gobierno a declarar en Estado de Emergencia Ambiental, Colón, Darién, Los Santos y las comarcas de Guna Yala, Madungandí, Emberá-Wounaan y Wargandí, con ‘alerta amarilla'; y Chiriquí, Bocas del Toro y Comarca Ngäbe-Buglé, con ‘alerta roja'.

Luego de la tragedia que significó el paso de ETA por Panamá y la incapacidad estatal para atender la crisis ambiental, el gobierno se ha aprestado a hacer esfuerzos de última hora, de coordinación a través de Centros de Operaciones de Emergencias en todas las provincias y de divulgación mediática, teniendo como base los pronósticos de la Empresa de Transmisión Eléctrica S. A. (ETESA), de impacto de IOTA sobre costas de Honduras y Nicaragua para el lunes 16 de noviembre, pero con efectos colaterales para Panamá, como aumento de la pluviosidad en la cordillera central.

Al respecto, no dejan de causar honda preocupación las declaraciones del ex Director de SINAPROC, José Donderis, en cuanto a que no hubo alertas ni información que hubieran podido evitar el fallecimiento de 19 personas ante el paso de ETA; que dicha institución sólo funciona con 5 millones de balboas de presupuesto anual y que el 70% de los rescatistas son voluntarios; que se compró un radar que no funciona; y que la Comisión creada para elaborar un plan a 15 años para enfrentar desastres naturales nunca operó (La Prensa, 15/11/20).

Asimismo, resultan alarmantes las denuncias del geógrafo Jonathan González, de la Red Nacional de Defensa del Agua, de posibles aperturas de compuertas de las hidroeléctricas sin cumplir los protocolos necesarios, que pudieron haber causado las inundaciones en tierras bajas chiricanas, situación que ameritaría una investigación de oficio por parte del Ministerio Público. Lo cierto es que la (in)capacidad de respuesta, frente a la información de eventos climatológicos, con la que sí contaba el gobierno, pudo hacer la diferencia entre Panamá y Nicaragua: la primera con 19 víctimas fatales y, la segunda, con 2 fallecidos.

Y sobre la ‘Rosa de Guadalupe': no puede haber esperanza, siendo meramente reactivos ante los desastres naturales, sin auténticos Planes Ambientales de preservación de áreas protegidas, de prevención y mitigación de riesgos; y sistemas de Alerta Temprana. Lo demás es sólo show y afanes protagónicos de mal gusto ante las penurias de los afectados.

ANAYANSI TURNER

ABOGADA Y DOCENTE UNIVERSITARIA

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