LA POBREZA, MADRE Y MURO

La pobreza, madre y muro




El Siglo, martes 29 de enero de 2019 

No cabe duda que la visita de Jorge Mario Bergoglio y cada uno de sus discursos proferidos en los diversos eventos 
‘La pobreza es madre y muro, engendra y contiene. Madre porque nos invita a la fecundidad… a la capacidad de donación que sería imposible en un corazón avaro que busca acumular y muro porque nos enfrenta a la mundanidad espiritual, al afán de poder y al protagonismo'. Con estas palabras, el papa Francisco, destacando el mérito de la humildad como valor humano y subrayando su opción por los pobres (fundamento de la doctrina social de la Iglesia) le dio la bienvenida a más de cien mil personas acreditadas en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Panamá.
No cabe duda que la visita de Jorge Mario Bergoglio y cada uno de sus discursos proferidos en los diversos eventos a lo largo de estos 5 días constituyó una andanada de aire fresco o una renovación de la esperanza de creyentes y no creyentes del país, quienes hemos observado cómo se ha banalizado y manipulado la espiritualidad religiosa, no sólo en lo inmediato con los gastos excesivos en tarima y alfombras para la Jornada y el vergonzoso traslado de indigentes a las montañas de Colón, sino en las acciones políticas propias de un Estado confesional, a pesar del principio de separación Iglesia-Estado que rige en Occidente desde la Ilustración.
El carisma de Francisco descansa, además de su humildad, en sus palabras y en sus actos.
En esa palabra que encontró para dar aliento a los menores del Centro de Cumplimiento de Pacora cuando dijo: ‘cada uno de nosotros es mucho más que sus rótulos' o los mandó a ‘abrir la ventana y mirar el horizonte'. O los llamados que hizo a los jóvenes católicos de todo el mundo a ‘hacer lío', puesto que son ‘el ahora de Dios', infundiéndoles ánimo, autoconfianza y fe en su misión de forjar ‘otro mundo posible'.
Sus actos, dirigidos a predicar con el ejemplo, ya sea lavándole los pies a jóvenes de un centro de detención en Roma o renunciando a vivir en ostentoso apartamento papal o a trasladarse en lujoso coche oficial, tal como aconteció en su recorrido por nuestras calles en su modesto auto o papamóvil.
El caluroso recibimiento del pueblo panameño a los peregrinos y al Papa es muestra de nuestra afabilidad y sensibilidad humanas y de reconocimiento a un auténtico líder espiritual, más allá de las estructuras y el dogma.
Anayansi Turner
Abogada y docente universitaria


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Acoso sexual en la UP

Elecciones: entre el clientelismo y la libre postulación

La abogacía y el examen profesional