LA CIUDADANÍA EN DEFENSA DEL AMBIENTE


La ciudadanía en defensa del ambiente


El Siglo, martes 19 de marzo de 2019 
Es lamentable que la ciudadanía deba movilizarse permanentemente ante proyectos depredadores
La Asociación de Comunidades del Área del Canal escenificó, recientemente, sistemáticas protestas por las obras de ensanche de la vía Omar Torrijos-Corozal-vía Centenario, la cual implicó deforestación de cientos de árboles del Bosque Camino de Cruces, el cual, además de ser sitio histórico es zona de amortiguamiento del área canalera.
Para el desarrollo de las mismas por parte del MOP, se contaba con un estudio de impacto ambiental (EIA) aprobado por el MiAmbiente, y fueron justificadas por las autoridades en función de agilizar la movilidad urbana entre la ciudad de Panamá y el área de Panamá-Oeste.
Sin embargo, de la simple percepción de amplia devastación de la flora se pasó a comprobar que las obras no contaban ni con permisos de construcción, ni planos aprobados, ni el EIA correspondiente al área protegida que es el Camino de Cruces (categoría 3). Precisamente el EIA aprobado (categoría 2) se realizó para evadir la consulta ciudadana y con el silencio cómplice de los diversos entes estatales involucrados.
Felizmente, ante los recursos legales correspondientes, la Corte procedió a ordenar la suspensión del EIA aprobado y las propias obras, cuestión que no se realizó inmediatamente.
Es lamentable que la ciudadanía deba movilizarse permanentemente ante proyectos depredadores del ambiente, que no tienen otro móvil que satisfacer la voracidad especulativa de una élite económica, amparada por quienes institucionalmente tienen el deber de preservar el equilibrio ecológico de nuestra casa común. No otro era el propósito de elevar a categoría de Ministerio a la ANAM. Pero resulta que los ciudadanos debemos estar alertas para impedir estas estafas ecológicas.
Es así como el año anterior hubo que detener la segregación de la zona costera del área protegida de Donoso; los trabajos de construcción de la carretera hacia la cima del Volcán Barú; así como los trabajos de ampliación de la pista de aterrizaje en el Parque Nacional Coiba, mismos que no contaban con el EIA respectivo, o bien, no habían cumplido con el trámite de la necesaria consulta pública.
Ojalá los próximos gobernantes tengan conciencia de que el Estado es de todos y no un trampolín para hacer negocios privados y, mucho menos, provocando daños irreversibles al medio ambiente.
Ya Gandhi había sentenciado que ‘la tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no para la avaricia de cada hombre'. Abogado y docente universitaria
Anayansi Turner
abogada y docente universitaria

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