DESPROTECCIÓN DEL TRABAJO DEL NACIONAL: ¿CULPA DE QUIÉN?

Desprotección del trabajo del nacional: ¿culpa de quién?


El Siglo, martes 16 de julio de 2019 

La población panameña ha sido tradicionalmente hospitalaria con quienes nos visitan, tal como aconteció con la Jornada Mundial de la Juventud
La población panameña ha sido tradicionalmente hospitalaria con quienes nos visitan, tal como aconteció con la Jornada Mundial de la Juventud o lo demuestran a diario los pobladores de La Peñita y Bajo Chiquito que comparten lo que no tienen con quienes cruzan la frontera.
A pesar de ello, puede ser presa de discursos demagógicos y xenófobos para ganar el favor mediático y popular, ya sea en tiempos electorales o en momentos de recesión económica y aumento del desempleo de los nacionales.
Nuestra Constitución protege el trabajo de los panameños, al prohibir la contratación de extranjeros ‘que puedan rebajar las condiciones de trabajo o normas de vida del nacional'. Asimismo reserva el ejercicio de todo cargo público a los nacidos en el país.
En desarrollo de estos preceptos, el Código de Trabajo establece el tope para la contratación de personal extranjero: el 10%, a menos que se trate de técnicos, en cuyo caso el porcentaje aumenta a 15%. Asimismo, el ejercicio de muchas profesiones es reservada sólo a los panameños. Sin embargo, estos topes del 10 y 15% aumentaron dramáticamente con la expedición desde el Ejecutivo, de diversos Decretos, siendo actualmente 17 categorías de trabajadores extranjeros los que pueden optar por un permiso de trabajo ante las oficinas del MITRADEL.
Las autoridades de este Ministerio, encargadas de supervisar la legalidad en la contratación laboral, se hacen de la vista gorda, amén de que las multas a los infractores han sido irrisorias (aumentadas levemente en el 2017).
La super flexibilización en la aplicación de las normas de protección del trabajo de los nacionales se ha debido a un interés de favorecer abiertamente a los empresarios, los cuales cuentan con una mano de obra barata extranjera (si es ilegal mejor), a la que pueden expoliar a sus anchas. Sólo así se explica la afluencia de extranjeros en empleos como trabajadores domésticos (con jornadas más allá de las 8 horas), o en seguridad (con el peligro de ser asesinados por pandillas para confiscarle el arma), o de vendedores ambulantes, o en todo tipo de trabajos con salarios por debajo del mínimo legal.
El proyecto de regulación migratoria de la diputada Zulay Rodríguez nos parece draconiano hacia los migrantes. No dirige sus dardos hacia los verdaderos responsables de la problemática laboral de los panameños: los gobernantes de turno.
ANAYANSI TURNER
ABOGADA Y DOCENTE UNIVERSITARIA

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Acoso sexual en la UP

Elecciones: entre el clientelismo y la libre postulación

La abogacía y el examen profesional