FUEROS Y PRIVILEGIOS

Fueros y privilegios


El Siglo, martes 30 de julio de 2019 

El primer mandatario de la República sigue manejando las tan criticadas partidas discrecionales.
El artículo 19 constitucional dice claramente que ‘no habrá fueros y privilegios', disposición que deriva del principio de igualdad conquistado desde el siglo XVIII.
Resulta que en la Edad Media, los reyes establecían fueros y privilegios (exenciones de pagar impuestos o cumplir ciertas normas) a favor de territorios o personas, con el fin de asegurar alianzas y lealtades políticas y militares.
En nuestro país, en pleno siglo XXI, observamos claramente cómo se legalizan fueros y privilegios, como mecanismos dirigidos al control político y económico, con altos componentes de corrupción.
Nada más hay que corroborar, a pesar del principio también constitucional de ‘a igual trabajo, igual salario', los elevadísimos niveles salariales existentes en las planillas gubernamentales, a favor de las altas autoridades, sus asesores y subalternos de confianza, muchas veces ejerciendo como ‘botellas' en las instituciones públicas. Dobles y triples salarios disfrazados de gastos de representación, sobresueldos por jefatura-antigüedad o título académico, a pesar de la prohibición del 303 constitucional .
El primer mandatario de la República sigue manejando las tan criticadas partidas discrecionales, su jugosa caja menuda sin control previo, que se ha duplicado en los dos últimos períodos de gobierno, con respecto a los gobiernos anteriores.
La Cámara legislativa actual no está exenta de fueros y privilegios. Después del escándalo de mal manejo de fondos no investigado suficientemente y sancionado de los 2 períodos anteriores, se ha aprobado a favor de los diputados, una partida de $ 20,000 mensuales por cada uno, para contratar personal de apoyo (suma muy superior a la permitida en período martinelista) y se les ha otorgado licencia para ejercer la abogacía. Amén de otras canonjías como importar vehículos libres de gravámenes, franquicias postales y telefónicas, no descuentos por ausencias, etc., que aún se mantienen.
Ahora revienta el escándalo de los estamentos de seguridad, con las declaraciones del actual Ministro del área que denuncia irregularidades en cientos de nombramientos, reingresos y ascensos de los oficiales. A pesar de haber abolido el ejército, se ha instaurado una verdadera casta privilegiada con los Comisionados y Subcomisionados, con ingresos superiores a los de los diputados y jubilaciones especiales (supuestamente abolidas en el 2004).
Las aguas del clientelismo traen los lodos de los fueros y privilegios en la administración pública. Para ‘sembrar aguas' de honestidad, respeto a la igualdad y transparencia hay que hacer cambios estructurales.
ANAYANSI TURNER
ABOGADA Y DOCENTE UNIVERSITARIA

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