Acerca de los Varelaleaks

El Siglo, martes 19 de noviembre de 2019  

La filtración al portal Varelaleaks, ha puesto en la palestra nuevamente el tema de los pinchazos.

La filtración de las comunicaciones telefónicas del ex mandatario, al portal Varelaleaks, ha puesto en la palestra nuevamente el tema de los pinchazos, pero, a la vez, ha corroborado el hiper presidencialismo en que vivimos.

La privacidad es un derecho humano. Pero ahora, sujeta a excepciones por razones de persecución del delito, de manera que las llamadas sólo pueden ser interceptadas por decisión de los jueces de garantías, según el sistema penal acusatorio.

Sin embargo, los Estados ‘vigilan' a los ciudadanos –al margen de la Ley-, valiéndose de razones de ‘seguridad' y aprovechando su acceso a softwares de espionaje, como lo fue el famoso ‘Pegasus' bajo el período martinellista. Ahora, al parecer, el propio exPresidente Varela es víctima de dicho software (extraviado).

Está claro que las pruebas obtenidas ilícitamente no pueden aducirse en los procesos, no obstante, lo que se desprende de las filtraciones es que el exPresidente, supuestamente, valiéndose de su situación de poder se entrometía en las funciones de los otros órganos del Estado, llámese Judicial y Ministerio Público; ejercía presión en casos delictivos de alto perfil; favorecía a grupos empresariales y firmas de abogados, a conveniencia.

Es decir, confirmaría el ultra presidencialismo existente, yendo, incluso, más allá de lo que preve la Constitución, lo cual denotaría un claro abuso de autoridad y extralimitación de funciones. La Carta Magna otorga al Presidente la facultad de nombrar a los dos Procuradores y a los Magistrados de la Corte, con la ratificación de la Asamblea. Pero éstos deben actuar con independencia del Ejecutivo, cuestión que aparentemente no sucedió.

Aparte de la renuncia la Procuradora (que debió ser inmediata), debe proceder la pronta investigación de tales hechos, por parte del Procurador de la Administración.

Ahora, nos ‘percatamos' de la concentración de poder que tendría el Presidente actual, que se acrecentaría con el paquete de reformas constitucionales, pues el mismo seguiría nombrando a los Magistrados de la Corte, así como a los nuevos integrantes del Tribunal Constitucional, todos por 15 años, pero de una terna de la Concertación, presidida por el propio Presidente.

Creo que a raíz de esta experiencia, debemos legislar, como en Europa y E.U., para que todas las comunicaciones del titular del Ejecutivo sean grabadas, en aras de la transparencia en el ejercicio del cargo. En este último país, hasta sería la prueba fundamental en un eventual juicio político a Trump.

ANAYANSI TURNER

abogada y docente universitaria