TOPE A LOS SALARIOS DE LOS ALTOS FUNCIONARIOS

Tope a los salarios de los altos funcionarios


El Siglo, martes 14 de enero de 2020 
El clientelismo en Panamá tiene múltiples caretas. La última: ser directivo de alguna entidad estatal.
El clientelismo en Panamá tiene múltiples caretas. La última: ser directivo de alguna entidad estatal.
A raíz del escándalo mediático reciente relativo a altos funcionarios gubernamentales nombrados en varias juntas directivas de entidades estatales se ha develado un nuevo mecanismo para devengar altos ingresos sin desgastarse en un proceso electoral o quemarse las pestañas en universidades. Basta ser amigo del Presidente de la República, y que éste interceda para tal nombramiento, y si es en varias juntas directivas mejor, puesto que en cada una se perciben ‘dietas' que pueden ir desde B/ 500 a B/ 1,000 por cada sesión, es decir, el monto de varios salarios simultáneamente.
En todas las Constituciones que ha tenido Panamá desde 1904 hasta la vigente ha figurado en su articulado uno que prohíbe a todo empleado público percibir dos o más sueldos pagados por el Estado. La Constitución de 1972 (artículo 303), adicionalmente, impide que se puedan desempeñar puestos con jornadas simultáneas de trabajo.
Sin embargo, se han creado subterfugios como los ‘sobresueldos por jefatura', ‘gastos de representación', viáticos, etc., para evadir la norma constitucional. Ahora se trata de ‘dietas'.
Podrá pensarse que nuestra legislación no establece límites a los salarios de los altos funcionarios, pero resulta que la Ley General de Presupuesto siempre ha contemplado que los salarios de los servidores públicos no deben exceder de los correspondientes al cargo de Ministro de Estado, con excepción del de Presidente, Vicepresidente Ministros y demás cargos establecidos por Ley. Asimismo, los gastos de representación sólo han estado reservados a los más altos representantes de entidades estatales, sin embargo, la lista de éstos es cada vez más abultada y, prueba de ello es que figuran ahora ‘secretarios ejecutivos nacionales de la Presidencia de la República'. (Ojo: los gastos de representación siempre fueron medios de evadir cargas fiscales).
¡Basta de realizar prédicas anticorrupción en el vacío! No se trata de buscar fórmulas colectivistas (‘a cada cual según su necesidad') o como la de la Comuna de París (el salario del funcionario igual al de un obrero medio), sino de valorar experiencias más inmediatas, como la de Mujica (que renuncia al 90% de su salario para donarlo a organizaciones benéficas) y López Obrador que recorta su salario en un 60% y donde ningún funcionario puede exceder el suyo sin excepciones ni subterfugios.
ANAYANSI TURNER
ABOGADA Y PROFESORA EN UP

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Acoso sexual en la UP

Elecciones: entre el clientelismo y la libre postulación

La abogacía y el examen profesional