El incidente del arroz con tuna

 

El incidente del arroz con tuna 



El Siglo, martes 26 de julio de 2022 
Anayansi Turner
abogada y docente universitaria

Los mismos hicieron un desaire a las señoras indígenas, y dejaron abandonado los envases de comida en la mesa

El  viernes 22 de julio, las mujeres ngäbes distribuyeron a los representantes gubernamentales en la Mesa Única del Diálogo de Penonomé, Coclé, un almuerzo con los alimentos que congelaron, ”como gesto de buena voluntad”.

Los mismos hicieron un desaire a las señoras indígenas, y dejaron abandonado los envases de comida en la mesa, que contenían arroz blanco con tuna, en una actitud de repulsión y  soberbia. 

Sin embargo, ese mismo gobierno había adoptado la medida una semana antes, de establecer control de precios a una lista de 10 alimentos, como una manera de aplacar el descontento popular, que incluía la tuna de agua y otros de muy poco valor nutritivo (salchicha, mortadela, sardina de lata, aceite vegetal, coditos, pan michita, macarrones).

Precisamente, en el diálogo –con una agenda de 8 temas- se estaba apenas debatiendo el primero relativo al alto costo de los alimentos, con base en la propuesta de la ANADEPO, la Alianza Pueblo Unido por la Vida y grupos originarios, consistente en una canasta básica saludable familiar ampliada que implicase una rebaja del 30% de su costo actual (tomando en cuenta que ha habido una pérdida del poder adquisitivo de los ingresos del 30% en los últimos 5 años), sin afectar al productor nacional. 

También incluía una oficina de regulación de precios que asegure el cumplimiento de esta rebaja; el establecimiento de márgenes de ganancias razonables y el apoyo al productor nacional para que pueda bajar precios; así como ejecutar la Ley 279 de 2021 para que el IMA pueda importar insumos y fertilizantes a bajos costos. 

La discusión de este tema ha tomado 4 días con largos recesos, con un consenso parcial en 7 de 10 puntos, en la madrugada del día de ayer. 

Lo cierto es que la población ngäbe se encuentra mayoritariamente dentro del 20% que vive en pobreza, así como también en el 10% en pobreza extrema.  Sufre en carne propia los estragos del olvido de todos los gobiernos y los generados por la pandemia.

Por lo tanto, el incidente del arroz con tuna fue el retrato de la inequidad existente en el país y un acto de reafirmación y dignidad de la mujer ngäbe.  Como dijera Héctor Aquiles González: “El plato es un lujo para el que pasa hambre.  Arroz con tuna, manjar de dioses.  Somos pueblo en igualdad de condiciones”.



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