Hartazgo Social


Hartazgo Social 



El Siglo, martes 12 de julio de 2022 
Anayansi Turner
Abogada y docente universitaria

 La salvaguarda de estos grandes intereses económicos y el “qué hay pa´mí” parecieran ser las únicas directrices claras en la política gubernamental

La profunda indignación que embarga al pueblo panameño por la mala gestión del gobierno en estos años de pandemia y por la desfachatez demostrada por sus altos personeros se ha convertido en protestas espontáneas y organizadas de múltiples sectores a lo largo y ancho del país en las últimas 2 semanas.

Y es que no sólo se gobernó por Decreto suspendiendo garantías constitucionales básicas, sin control del legislativo, posibilitando contrataciones directas con empresas y amigos financiadores de campaña, sino que los paliativos aplicados (como vale digital y otros subsidios) se han hecho en función de un aumento exorbitante de 30% de la deuda externa y que hoy alcanza la cifra de 44,000 millones de balboas; sin la existencia de un plan estratégico de reactivación económica y sin medidas serias de ahorro y contención de gastos.

Todo lo contrario. La enorme pérdida adquisitiva y depauperización del panameño de a pie que se traduce en un 10% de desempleo y un 48% de informalidad no interesan a los gobernantes ni al sector privado que se ha beneficiado de la crisis, como sucedió con el salvataje bancario y la exoneración fiscal a las grandes empresas de turismo.

 La salvaguarda de estos grandes intereses económicos y el “qué hay pa´mí” de los “representantes” del pueblo parecieran ser las únicas directrices claras en la política gubernamental. En cuanto a estos últimos, están los dobles salarios y abultados gastos de representación y movilización de los representantes de corregimiento y alcaldes; el abultamiento de la planilla estatal; el exhibicionismo de “títulos reales” y excesos en festejos (whisky Macallan) por parte de los diputados a contrapelo de las grandes necesidades de la mayoría, asfixiada por el aumento desmesurado de los precios de los artículos de primera necesidad y de la gasolina sin control estatal.  

El descontento generalizado o hartazgo social de la población en general se sigue y seguirá expresando en las calles. Importantes académicos de las ciencias sociales y grupos organizados proponen medidas para atender las demandas inmediatas de congelamiento de precios de canasta básica y combustible. Ojalá se tomen en cuenta en el diálogo y no se den respuestas represivas. 

Sin embargo, los problemas de fondo van a subsistir sino que se acude a un real golpe de timón que cambie la forma cómo se administra el Estado: una nueva Constitución a través de una Constituyente de plenos poderes.  


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