A luchar contra el edadismo
A luchar contra el edadismo
El edadismo no es más que la discriminación en razón de la edad, alimentada por prejuicios o creencias estereotipadas
Con motivo de celebrarse el 74º aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el pasado 10 de diciembre, hacemos una reflexión sobre el edadismo, considerado como problema mundial por su alta prevalencia.
El edadismo no es más que la discriminación en razón de la edad, alimentada por prejuicios o creencias estereotipadas que provocan daños, desventajas o injusticias sobre todo a jóvenes y a adultos mayores.
El mismo se acentuó a raíz de la pandemia del covid-19, con la adopción de la edad en un sentido excluyente, muchas veces, como criterio para la atención sanitaria, provisión de terapias e imposición de cuarentenas (ver nuestro artículo "Cuidemos a nuestros viejitos:¡ubasute no!", en http://elsiglo.com.pa/opinion/cuidemosnuestros- viejitos-ubasute/ 24153951).
Al unirse a otras variables como la pertenencia a una clase social no privilegiada, grupo étnico marginado, sexo femenino y discapacidad, deterioran aún más las condiciones de vida de jóvenes y ancianos.
Un Informe de la ONU de marzo de 2021 reveló que una de cada dos personas en el mundo discriminan a otras en razón de la edad, con actitudes moderada o altamente edadistas. "Tenemos que luchar abiertamente contra el edadismo y entenderlo como una violación de los derechos humanos profundamente arraigada", ha dicho Michelle Bachelet, ex Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU.
Este comportamiento afecta a los jóvenes sobre todo en materia laboral (el desempleo juvenil es el mayor alcanzando el 30%); en cuanto a su acceso a servicios médicos (al no cotizar en la seguridad social); en lo que respecta al derecho a la vivienda (el más desfavorecido por el déficit habitacional); y en cuanto a su participación política (por las restricciones a su participación en asociaciones estudiantiles y en instancias juveniles).
En relación a los adultos mayores ocasiona un impacto en su salud (provocándoles estrés, depresión, afectación física); creándoles inseguridad financiera y mayor pobreza; afectando su movilización (barreras arquitectónicas); considerándoseles incapaces de tomar decisiones propias. Esto sin contar que el agotamiento actual de las reservas para las pensiones de los jubilados en la CSS y el rápido crecimiento de este grupo etario acentuarán la problemática.
La lucha contra el edadismo implica hacer los cambios legales necesarios (incluyendo la ratificación de la Convención Interamericana de Protección de las Personas Mayores); impulsar las políticas públicas pertinentes; así como tomar conciencia de que el trabajo y el colaboracionismo intergeneracional nos enriquecen como personas y como sociedad.
ABOGADA Y DOCENTE UNIVERSITARIA
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