José Martí, hombre universal

 

       José Martí, hombre universal


Anayansi Turner

abogada y docente universitaria

"Moriremos por la libertad verdadera: no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el dolor innecesario" 

A 170 años del natalicio de ese hombre universal que fue José Martí rememoramos nuestra primera aproximación a él, a través de su poemario ‘Versos Sencillos', algunos de los cuales memorizábamos y coleccionábamos siendo estudiante de primaria y secundaria. El mismo lo catapultó como precursor del modernismo hispanoamericano. Dijo que fue producto de ‘la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras'. Allí canta al amor, a la amistad, a la justicia, a la naturaleza.

A pesar de su prestigio temprano como periodista en Nueva York, donde radicó desde 1881 a 1895 y donde pudo llevar una vida acomodada, ya había decidido ‘con los pobres de la tierra echar su suerte', como dijera en alguno de sus versos. Todavía recordamos la crónica que hiciera para el periódico argentino La Nación (‘Un drama terrible', 1/1/88) sobre los Mártires de Chicago que fueron pasados por la horca por su lucha por la jornada de trabajo de 8 horas.

Martí, cubano, hijo de españoles, fue partidario de la independencia de Cuba del yugo español desde muy joven, lo cual le costó prisión y trabajos forzados. Su recorrido por América Latina y su estancia en EU le permitió percibir la anarquía e injusticia que se vivía en las nacientes repúblicas latinoamericanas y el expansionismo amenazante de la potencia norteña. De allí que estableciera con meridiana claridad la distinción entre ‘Nuestra América' (como llamó a Hispanoamérica) y la ‘América Europea' (como llamó a EU) y hablara de la necesidad de la unidad latinoamericana. Señaló: ‘Ha llegado para la América Española la hora de declarar su segunda independencia'. De esta manera, Martí fue un ‘actualizador de Bolívar', al cual honró, como él dijo, conquistando su Patria.

No sólo fue el estratega de la batalla final por la independencia de Cuba, sino que combatió en ella, al frente del Partido Revolucionario Cubano. El hombre sincero de donde crece la palma murió físicamente a la edad de 42 años, pero cumplió ‘la obra de la vida', como dijera. Sus ‘versos del alma' los esparció también con su espada, y anticipó: ‘Moriremos por la libertad verdadera: no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el dolor innecesario. Se morirá por la República después, si es preciso, como se morirá por la independencia primero' (‘Vengo a darte patria').


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