A 75 años de la Declaración de los Derechos Humanos
A 75 años de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos
Los derechos humanos “llegan a afirmarse cuando se hace irresistible la presión de quienes han quedado excluidos ante las puertas de los incluidos" (Ferrajoli).
Hace 75 años, un 10 de diciembre se firma la Declaración Universal de Derechos Humanos, como un “ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse”, bajo la creencia de que el respeto generalizado de tales derechos iba a garantizar que los horrores de las dos primeras guerras mundiales no se repetirían.
Desde entonces ha habido un desarrollo jurídico importante a través de más de 80 declaraciones y tratados internacionales que se han aprobado y que se inspiran en la Declaración, conformando lo que se conoce como derecho internacional de los derechos humanos. Desde los dos Pactos Internacionales que desarrollan cada uno de los derechos de la Declaración, hasta convenios más especializados relativos a discriminación racial, tortura, desapariciones forzadas, derechos de las mujeres, de la niñez, de personas con discapacidad, de minorías, de pueblos indígenas y de migrantes, sobre los cuales deben inspirarse las legislaciones internas de los Estados.
Sin embargo, esta normatividad internacional no ha detenido las guerras, las desigualdades económicas y sociales, el calentamiento global, la violencia doméstica o los diversos tipos de discriminaciones, produciéndose lo que el catedrático español David Sánchez Rubio llamara “procesos de inversión ideológica”, donde la abstracción e idealización de los derechos humanos conduce a un efecto contrario de enmascarar la realidad de violencia, desigualdad e injusticia en el mundo.
Es así como el diseño de las Naciones Unidas desde su fundación buscó preservar los intereses de las potencias triunfantes de la Segunda Guerra Mundial que conservaron su derecho de “veto” sobre las decisiones que adoptase su Consejo de Seguridad, encargado de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Se explica, entonces, que E.U. haya paralizado la resolución sobre el cese al fuego en la Franja de Gaza, el 8 de diciembre pasado. Asimismo, al seno de la COP28, las grandes potencias no se ponen de acuerdo sobre la necesidad de descarbonizar las economías de los países y evitar que la temperatura aumente más de 1.5º hasta el 2050, atentando contra la propia preservación del planeta.
Tal como demostramos los panameños y panameñas al defender la naturaleza en la batalla contra el contrato minero: los derechos humanos “no caen nunca del cielo, sino que llegan a afirmarse cuando se hace irresistible la presión de quienes han quedado excluidos ante las puertas de los incluidos” (Ferrajoli).
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