¡Basta de femicidios y crímenes de odio!

 

¡Basta de femicidios y crímenes de odio!


El siglo, martes 20 de agosto de 2024 

Entre enero y el 15 de junio de 2024, el Ministerio Público ha registrado 9 femicidios en el país, es decir, 3 muertes más que el año pasado en igual período

El crimen atroz cometido contra Rosa Rodríguez Rose, el pasado 20 de julio, conmocionó a todo el país.

Rosa era una joven de 25 años, con discapacidad cognitiva, madre de una niña de 3 años, que fue rociada con gasolina e incendiada mientras dormía afuera de local comercial frente a la parada de Ojo de Agua, San Miguelito, sufriendo quemaduras de tercer grado en el 70% de su cuerpo y daños severos en sus órganos internos, que le ocasionaron la muerte 5 días después, en el Hospital Santo Tomás.

El caso está siendo investigado como un femicidio, es decir crimen realizado por su condición de mujer, según lo tipifica la Ley 82 de 2013, que incorpora el artículo 132-A al Codigo Penal.

Entre enero y el 15 de junio de 2024, el Ministerio Público ha registrado 9 femicidios en el país, es decir, 3 muertes más que el año pasado en igual período. Llama la atención que en las cifras de femicidios sobrevenidos desde que se aprobó esta Ley, el 71% de los hechos ocurrieron en el hogar de la víctima, el 17% en un lugar apartado y el 12% en área pública, según los especialistas.

Virginia Torres-Lista, directora de Investigación de la Universidad Santa María La Antigua, ha citado el estudio “Factores intervinientes del femicidio en Panamá: en mujeres indígenas Ngäbe-Buglé y afrodescendientes” realizado por el CENICS de dicha universidad, el cual señala los siguientes factores de riesgo para la concurrencia de los femicidios, además de ser mujer: la etnia, edad, nivel socioeconómico y, en el caso que nos ocupa, la discapacidad cognitiva (La Prensa, 1/8/24).

Valga la reflexión de la colega Haydée Méndez Illueca, quien sugiere atinadamente se estudie la actualización de la normativa penal, de forma que se incorpore el crimen de odio como figura delictiva, es decir aquella conducta motivada por algún prejuicio con respecto a la víctima, por su origen étnico, edad, nacionalidad, orientación sexual, género, creencia religiosa o situación socioeconómica; y, en el caso de Rosa, por su discapacidad cognitiva o discafobia (La Estrella, 18/8/24).

Sobre la lamentable normalización de la violencia de género imperante afirmamos con Ileana Corea: “Es tan angustiante recordar cuántas veces salimos a pedir justicia por una mujer asesinada, maltratada o violentada; pero peor aún es tener la sensación de que tendremos que seguir haciéndolo” (IC en Instagram).

¡Justicia para Rosa!

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* Abogada y catedrática universitaria.




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