La crimigración
La ‘crimigración’ es un término acuñado por la jurista estadounidense Juliet Stumpf (Lewis& Clark Law School, Oregon, EU) y se refiere a la criminalización de la migración, es decir, ver al migrante como criminal, persona indeseable o peligrosa o cuando los antecedentes penales se toman en cuenta para la deportación aun cuando se trate de residentes permanentes o cuando se sanciona el ingreso a territorio estadounidense por el hecho de pertenecer a determinados grupos raciales (BBC News Mundo, 6/2/25). Y no se trata sólo de la estigmatización, sino que los castigos aplicables a los migrantes son comparables a las sanciones penales, son objeto de la aplicación de esposas y grilletes y los centros de detención funcionan como prisiones.
Se trata de una tendencia desarrollada en la legislación norteamericana, que tiene su cénit con las declaraciones insistentes de Trump de que el centro de su política migratoria es “devolver a millones y millones de extranjeros criminales a su lugares de origen”, o que haría "la operación de deportación más grande en la historia".
A este propósito se explican los cientos de órdenes ejecutivas emitidas por Trump desde su investidura, como las siguientes: la que declara como zona de emergencia nacional la frontera con México; la que elimina la ciudadanía por nacimiento a niños nacidos en EU de padres indocumentados; la suspensión del programa de admisión de refugiados y asilados; la designación de pandillas o cárteles como organizaciones terroristas; la eliminación de programas de inmigración humanitaria a favor de nacionales de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití; la Ley Laken Riley que amplía los poderes a las autoridades federales para detener y expulsar a migrantes irregulares y acusados de delitos; la demanda de las leyes “santuario” que protegen a indocumentados en determinados Estados; la orden para expulsar a extranjeros que participaron en protestas a favor de causa palestina en 2024, por "antisemitismo".
Amén de los efectos negativos en la economía norteamericana de estas medidas, sobre todo en la agricultura, construcción, hostelería, tomando en cuenta que la mano de obra foránea representa el 19.5% en EU, se trata de una amplia violación de los derechos humanos de las personas migrantes (Ver Declaración Universal de Derechos Humanos, Convenios 97 y 143 de la Organización Internacional del Trabajo y Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familiares). Y es que los migrantes se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad, dadas las razones que los llevan a salir de su país de origen.
Nuestro país, como crisol de razas, conoce bien cómo la migración ha contribuido al desarrollo nacional y a nuestra riqueza étnico cultural. ¡No seamos cómplices de la crimigración!
Abogada y catedrática universitaria
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