LAS PARADOJAS DEL SISTEMA ELECTORAL

Las paradojas del sistema electoral









El Siglo, martes 6 de noviembre de 2018 
Lo anterior confirma una vez más que se trata de un sistema eminentemente bi o tri-partidista (PRD, panameñismo, CD) 
Al concluir el proceso de elecciones primarias para escoger al candidato a Presidente de los partidos políticos salen a la luz más incongruencias de nuestro sistema electoral.
Ahora ha llamado la atención que dos candidatos a la primera magistratura (del FAD y del partido Alianza) hayan sido escogidos por menos de 6,000 electores, cuando para efectos de la libre postulación hay que acreditar 18,500 adherentes como mínimo para ser precandidato, lo cual ha conducido a que uno de los magistrados del Tribunal Electoral recomiende, para una próxima reforma electoral, ‘que los partidos pequeños escojan a sus candidatos presidenciales a través de un congreso u otra vía'.
Lo anterior confirma una vez más que se trata de un sistema eminentemente bi o tri-partidista (PRD, panameñismo, CD) que se ha querido enmascarar de pluripartidista (con partidos pequeños adláteres de los anteriores o sin posibilidades reales de ganar elecciones por sí solos). Asimismo, que hay un tratamiento desigual en el régimen aplicable a los partidos políticos con respecto a las candidaturas por libre postulación.
Curiosamente en las primarias de los tres partidos más grandes ganó el candidato de los mismos diputados que se han elegido y reelegido a punta de clientelismo político. La mayor afluencia a las urnas de los militantes de estos colectivos se debió al interés de esos parlamentarios de asegurar sus candidaturas reeleccionistas.
En cuanto a la libre postulación, se ha desnaturalizado su sentido original que era viabilizar la participación de los independientes que somos el 50% del electorado. Permitir las candidaturas a sólo los 3 que recojan más firmas (aunque hayan más cumpliendo el 1% exigido) no sólo es antidemocrático, sino que es perverso; amén del rechazo por el Tribunal Electoral de cerca del 33% de sus firmas recogidas sin criterio científico alguno; y de permitir que miembros prominentes de partidos políticos puedan postularse por esta vía. No es casual que se permita a los adherentes de partidos firmarle a uno de libre postulación (constituyen el 57% de las firmas actuales), sin que signifique su renuncia al partido, lo cual sigue colocando en manos de los grandes partidos, el control de la libre postulación.
También salió a relucir el financiamiento proporcionado por grupos económicos poderosos a las diversas opciones políticas, con excepción del FAD. Como dijo Carlos Gaviria: ‘El que paga para llegar, llega para robar'. ¿Plutocracias disfrazadas de democracias?
Anayansi Turner
Abogada y docente universitaria

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