ELECCIONES Y STATUS-QUO

Elecciones y status -quo





El Siglo, martes 30 de abril de 2019 

Esta crisis pretende ser solventada en las elecciones del 5 de mayo próximo
Los niveles de corrupción exorbitantes que corroen todo el entramado gubernamental y que siguen escandalizando a la población, a raíz de la divulgación reciente por parte de la Contraloría de las planillas de la Asamblea Nacional, profundiza la crisis institucional que padece el país.
Esta crisis pretende ser solventada en las elecciones del 5 de mayo próximo, buscando obnubilar las mentes de los electores, con imágenes remozadas, clientelismos disfrazados y falsas promesas de campaña, reencauchando a quienes han robado flagrantemente fondos públicos que son de todos.
El paradigma de voto ‘informado' que nos quiso vender el Tribunal Electoral, con las reformas del 2017, sólo reforzó la partidocracia. El límite de 2 meses para la campaña electoral sólo es formal, pues los diputados la vienen realizando desde hace 5 años, a punta de clientelismo y con la complicidad del Ejecutivo, en vez de estar legislando. El financiamiento ‘público' de las campañas no es tal, porque es desigual a partidos y candidatos de libre postulación. El reconocimiento de las candidaturas independientes estuvo sujeto a la discrecionalidad de los Magistrados, más allá del porcentaje exigido legalmente. La paridad electoral nunca se cumplió ni se hizo cumplir, pues sólo hay16% de mujeres postuladas a cargos de elección.
Y es que no basta que los candidatos hagan propuestas y debatan. Las promesas se han basado en fórmulas mágicas frente a las necesidades de los panameños. De esta manera, los candidatos presidenciales procedieron, primero, a firmar gustosamente una decena de pactos promovidos por diversos sectores sociales; a participar en debates, que más respondían a un marketing publicitario de algunas ideas esquemáticas, que a una auténtica discusión de propuestas de gobierno; y, luego, a divulgar programas o compromisos electorales, que dejaban por fuera el financiamiento para lograr materializarlos y, en general, el proyecto de país que se busca.
A la hora de votar deben contar también la trayectoria del candidato, su experiencia, nivel de compromiso y los sectores políticos y económicos que representan o que los apoyan.
Las pugnas interpartidarias, inter-órganos de gobierno o entre diversas facciones empresariales han permitido develar verdades en cuanto al manejo de la cosa pública, que nos deben llevar a reestructurar el sistema político en su conjunto, lo cual no será posible seleccionando ‘el mal menor' en estas elecciones, sino abocándonos a un cambio estructural a través de una nueva Constitución.
Anayansi Turner
Abogada y docente universitaria

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Acoso sexual en la UP

Elecciones: entre el clientelismo y la libre postulación

La abogacía y el examen profesional