Diálogos: ¿manipulación o búsqueda de consenso social?
Diálogos: ¿manipulación o búsqueda de consenso social?
Panamá ha tenido 21 Diálogos, que han concernido fundamentalmente a las élites, según el politólogo Harry Brown
En la época post-invasión, Panamá ha tenido 21 Diálogos, que han concernido fundamentalmente a las élites, según el politólogo Harry Brown. El abogado Carlos Lee, por su lado, indica que en 119 años de República, los grandes temas nacionales han sido decididos por sectores de poder, donde han estado marginados mujeres, indígenas, trabajadores, profesionales.
Sólo el gobierno actual ha convocado a diversos diálogos, donde ha privilegiado la participación de organizaciones empresariales y partidos políticos tradicionales.
Existía un compromiso del presidente Cortizo de impulsar reformas constitucionales, para lo cual tomó la propuesta de la Concertación Nacional (que respondía a los intereses de las élites económicas y políticas) y la envió directamente a la Asamblea, la cual mantuvo –y hasta empeoró- cambios cosméticos, provocando un rechazo generalizado, fundamentalmente de la juventud panameña y sectores populares que reclamaban la convocatoria a una Constituyente originaria.
Entonces, el primer mandatario prometió un Diálogo sobre el tema constitucional a través del PNUD, el cual se diluyó con el advenimiento de la pandemia, y lo mediatizó más adelante con el Pacto del Bicentenario.
Lo cierto es que se venía acumulando un gran descontento social producto de la corrupción descarnada que habían entronizado los sucesivos gobiernos y que provocó una crisis de representatividad y desprestigio político de la Asamblea de Diputados, órgano del Estado llamado a debatir temas relevantes del acontecer nacional, pero que se ha descalificado día con día como espacio de interlocución de la ciudadanía.
Las penurias económicas de la población se exacerbaron en los 2 últimos años, y añadidas a lo anterior, provocaron el estallido social. De tal manera que la Mesa Única del Diálogo es expresión de la autodeterminación popular, legitimada en las calles por las protestas realizadas en julio pasado, y que ha sido cuestionada por grupos empresariales, que señalan que desconocerían sus acuerdos.
Luego de los logros de la Mesa no cabe otra cosa que llegar a un pacto social que dé respuesta a problemas estructurales (como romper con esquemas electorales que favorecen a la plutocracia y promover auténticos mecanismos de participación), a través de una Constituyente originaria, donde sus integrantes sean escogidos a través del voto popular. Después de tanto esfuerzo no podemos caer en el círculo vicioso electoral, tal como dijo Einstein: ‘Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo'.
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