La violencia de género y la denuncia pública


La violencia de género y la denuncia pública



El Siglo, martes 14 de marzo de 2023 - 
Anayansi Turner, abogada y docente universitaria

Hay diversas acciones de denuncia pública que se vienen ejecutando frente a la inoperancia institucional.

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en nuestro país, tuvo como novedad la instalación de un “tendedero de denuncias” en la Cinta Costera de la ciudad capital, al término de la Marcha 8M.

Los tendederos por violencia de género se popularizaron en las universidades y escuelas públicas mexicanas, a partir de 2018, luego de la aparición del Movimiento #MeToo en EU y #MeTooAcadémicos en México, como reacción a la ineficacia tanto del sistema judicial como de los mecanismos de estas instituciones de enseñanza en investigar y sancionar estos casos.  Se trata de visibilizar a los agresores de violencia sexual, tapizando las paredes de edificios o colgando fotografías y carteles con sus nombres y narración escrita de los abusos sufridos.   Forman parte de diversas acciones de denuncia pública que se vienen ejecutando frente a la inoperancia institucional: la mediática y en redes sociales, protestas, escraches, performances.

Mariana González Magaña, investigadora mexicana, ha dicho que “los tendederos significan un hartazgo y se tornan tanto como un método de sanación para las mujeres, como una forma de prevención desde ellas y para ellas.  Y, a la vez, un método para que las universidades actúen” (ladobe.com.mx, 5/4/20).  

La Universidad Especializada de las Américas (UDELAS), enhorabuena, no tuvo que esperar “un tendedero”, sino que se ha posicionado como pionera en el tratamiento institucional de la temática, por parte de las universidades nacionales, al dar un primer paso y respaldar el diagnóstico realizado por Nicolasa Terreros, Jacqueline Candanedo y Deika Nieto, sobre el acoso sexual y sexista en ese centro de estudios, dado a conocer el pasado 8 de marzo (Cfr. repositorio2.udelas.ac.pa).  Se efectuó en el marco de GENRED, que ha llevado a cabo estudios sobre Protocolos para Prevención y Protección en contra del acoso sexual y sexista en 11 universidades latinoamericanas, por lo cual felicitamos este esfuerzo.

En cuanto a la Universidad de Panamá, institución de cerca de 100, 000 personas, entre estudiantes, profesores y administrativos, tiene tareas pendientes desde hace años: actualizar su normativa conforme a la Ley 7 de 2018 y el Convenio 190 de la OIT, hacer un diagnóstico objetivo sobre la violencia de género en la institución, crear protocolos y mecanismos eficaces de atención y supervisar a otras universidades en esta materia.  ¿Tendremos que esperar a que proliferen los tendederos de denuncias en nuestra Alma Mater?


 


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